Libertad para hacer el bien
Por Eduardo Briones Medrano
Actuando con libertad nos damos cuenta, de un modo natural, de la bondad o la maldad de nuestros actos.
Tenemos un saber espontáneo de las virtudes y los
vicios, y lo que hemos de saber para vivir en paz:
- Qué bienes nos esperan.
- Qué penas podemos enfrentar.
- Qué cosas amar.
- Qué consejos debemos seguir.
- Qué comportamiento debemos evitar.
Hay otras circunstancias propias
de nuestra naturaleza que, quisiéramos o no, tenemos que enfrentar con nuestras
fuerzas y debilidades:
- La enfermedad.
- La muerte.
- El dolor.
Igualmente, nuestra fuerza
interior y un comportamiento emocional, impulsivo y perverso, pueden orillarnos
a conductas desafortunadas y equivocadas.
El
miedo. Es una lucha interna contra un mal que nos enfrenta y amenaza
en el presente o en el futuro. El miedo no debe destruir la voluntad de enfrentarlo.
Las
pasiones. Son sentimientos intensos que nos llenan de vitalidad para
hacer algo con entusiasmo, actuando o no en razón de lo que sientes o imaginas:
amor, odio, deseo, temor, alegría,
tristeza, ira.
La
violencia. Es el uso de la fuerza física o el abuso de poder
que inclina al hombre a actuar en contra de alguien o algo contrario a la
voluntad de la víctima.
Los
hábitos. Son un patrón
especial de actuar de la persona que se adquieren por la repetición de actos
semejantes. Pueden ser positivos: las virtudes,
o negativos: los vicios.
- Conociendo los obstáculos que
pudiéramos enfrentar, ¿podemos guiar
nuestras acciones siguiendo algunas reglas o normas de comportamiento? La
respuesta es sí, mediante la ley moral natural, que es
actuar libre y conscientemente buscando siempre la verdad para la inteligencia y haciendo el bien para la voluntad.
Todos los seres humanos gozamos haciendo el bien, ayudando a nuestros
semejantes, hablando con verdad, cumpliendo las promesas y practicando todas
las acciones libres y deseables que nos permiten vivir mejor en una sociedad
libre y ordenada.